domingo, 24 de octubre de 2010

cardenismo


Nació en Jiquilpan, Michoacán, México, al occidente del país; siendo hijo de Dámaso Cárdenas Pinedo y Felícitas del Río Amezcua. Fue el mayor de 8 hermanos. Tres hermanas (Angelina, Josefina y Margarita); y cuatro hermanos (Dámaso, Alberto, Francisco y José Raymundo). En 1913 se incorporó con Rafael M Pedrajo a las fuerzas revolucionarias de Martín Castrejón, después alcanzó el grado de General a los 38 años. De 1928 a 1930 fue gobernador del estado mexicano de Michoacán. Fungió como Secretario de Gobernación en el gabinete del presidente Pascual Ortiz Rubio y como dirigente del Partido Nacional Revolucionario.


General Lázaro CárdenasEn 1934 fue elegido Presidente de México. Posteriormente, durante el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho, fue Secretario de Guerras y Marina.

Dueño de un trato muy sencillo y cordial, Cárdenas cosechó en vida más amigos que enemigos. Recibía en su casa desde campesinos hasta altos funcionarios.

Sus primeros años en el gobierno quedaron marcados por el enfrentamiento con el General Plutarco Elías Calles, a quien finalmente obligó a abandonar el país en 1936 y quien se exilió en Estados Unidos. Para consolidar su poder, creó una serie de organismos sindicales de carácter oficioso como la Confederación Nacional Campesina CNC y la Confederación de Trabajadores de México CTM y procedió a reorganizar su partido, ahora bajo el nombre de Partido de la Revolución Mexicana, modificando su estructura, por lo que de ser una federación de partidos locales y regionales, se integró con cuatro grandes sectores (campesino, obrero, popular y militar).

Cárdenas se caracterizó por acoger a los exiliados republicanos españoles que debieron salir de su país por la Guerra Civil española entre 1937 y 1942. En 1937, por intercesión de su esposa Amalia Solórzano, quien presidía el Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español, asiló a 456 menores, huérfanos de la guerra civil e hijos de combatientes republicanos que fueron llevados a México, a petición del Comité Iberoamericano de Ayuda al Pueblo Español, dándoles alojamiento, sustento y educación en la ciudad de Morelia. Con el pasar de los años el grupo fue conocido como los Niños de Morelia. Su apoyo a la República Española no se limitó a esto, la defendió en foros internacionales e intentó ayudarla económicamente, incluso con exportación de armas; el gobierno de Roosevelt se opuso a estos planes. Al finalizar la guerra con el triunfo del bando nacional, Cárdenas puso bajo su protección a los exiliados españoles en Francia, incluyendo al Presidente Manuel Azaña, quien murió bajo protección diplomática mexicana y fue enterrado envuelto en una bandera mexicana, porque las autoridades colaboracionistas francesas se negaron a que fuera enterrado con la bandera española republicana. Cárdenas y sus diplomáticos lograron que decenas de miles de exiliados fueran acogidos en México, incluyendo numerosos intelectuales que enriquecieron sensiblemente la cultura mexicana.

Entre 1937 y 1938 completó la nacionalización de la red ferroviaria y, después de un conflicto obrero patronal, expropió los bienes de las compañías petroleras residentes en México, lo que provocó la ruptura de relaciones con el Reino Unido. Enfrentó una intentona golpista encabezada por el general Saturnino Cedillo, quien resultó muerto en combate.

También durante su mandato se transformó el Castillo de Chapultepec, antigua residencia de los gobernantes del país, dando lugar al Museo Nacional de Historia. De igual modo impulsó iniciativas para clausurar casas de juego y, rompiendo con la estrategia seguida por Calles, cesó la hostilidad hacia la iglesia católica. Asimismo, en el ámbito social y académico enfocado a la educación fundó el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Colegio de México (Colmex,) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entre otros. Modificó la Ley Agraria, amplió también la red de carreteras y permitió la entrada a los refugiados políticos de muchos países, entre ellos 40 mil refugiados españoles de la guerra civil.

Al término de su mandato, estuvo al mando de la región militar del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial, y -como parte de la estrategia de unidad nacional seguida por su sucesor- fue también Secretario de la Defensa Nacional del presidente Ávila Camacho hasta el fin del conflicto. Fue vocal ejecutivo de algunas empresas y presidente de administración de la Siderúrgica Las Truchas, empresa que hoy lleva su nombre.

De su matrimonio con la señora Amalia Solórzano nació su hijo Cuauhtémoc, quien años más adelante sería: senador, gobernador de Michoacán, jefe de gobierno de la Ciudad de México y candidato a la presidencia de la República en tres ocasiones. Su nieto, Lázaro Cárdenas Batel, quien también ha incursionado en la política, estuvo a cargo de la gubernatura del Estado de Michoacán en el periodo 2002-2008. Alberto Cárdenas Camarena, nieto del general Alberto Cárdenas del Río es el único sobrino nieto que está incursionando en la política actualmente como candidato a la presidencia municipal de Zapopan, Jalisco.

Lázaro Cárdenas está considerado como uno de los más respetados presidentes de México debido a sus contribuciones en materia social y económica para el país. Hay quienes, sin embargo, refutan esta idea con base en los resultados políticos de largo plazo que originaron su conformación popular y corporativista del sistema político mexicano. Aunque esto no sea atribuible a Cárdenas directamente y sí, en cambio, a sus sucesores priístas, quienes fueron minando poco a poco los logros socio-económicos de Cárdenas.

Lázaro Cárdenas murió víctima de cáncer en la Ciudad de México en 1970.

[editar] Cardenismo
Cardenismo es el nombre de la corriente ideológica inaugurada por Cárdenas; pero también se le llama así a la etapa en la que gobernó México de 1934 a 1940, aunque algunos detractores prefieren el término "Cardenato". La corriente política del Cardenismo, surge así:

El ejército apoya a cardenismo y es leal a él ya que le ha dado voz y voto y el poder presidencial que Lázaro Cárdenas llega a tener, no amenaza el poder militar, sino lo consolida, aunque a partir de Cárdenas el poder lo ostente la presidencia más que los generales.
Con los trabajadores impulsó el tema de los derechos mediante una gran confederación de trabajadores en donde todos estuvieron unidos al Estado y el Estado se comprometió a velar por los intereses de ellos.
El sector campesino y el indígena apoyan a Lázaro Cárdenas porque se les ofrece y entrega la reforma agraria.
A los empresarios les ofreció un proyecto económico viable.
A la iglesia la incluyó en su proyecto.
Cuando Lázaro Cárdenas fue designado candidato presidencial, ya era uno de los divisionarios más importantes del ejército. Había sido un fiel subordinado de Calles, no había atacado a Ortiz Rubio, ni compartido las opiniones conservadores de Calles sobre política agraria. Desde el primer momento empezaron a surgir tensiones dentro del nuevo gobierno. Estallaron debido, en gran medida, a la ola de huelgas que se desató tras la toma de posesión de Cárdenas y a la actitud benigna que ante las mismas adoptó el presidente.

Cárdenas actuó con rapidez ejerciendo el poder que le quedaba a la presidencia en tanto jefatura del ejército. Antes de que el callismo pudiera reaccionar, el Maximato había tocado a su fin y se iniciaba la era cardenista.

La desaparición de Calles y su grupo del escenario político logró que las aguas de la política volvieran a su cauce normal. Terminaba su tarea de eliminar a los callistas irredentos del PNR, el Congreso y las gubernaturas de los estados, Emilio Portes Gil mismo, dejó la presidencia del PNR. Cárdenas lo sustituyó con un hombre de su total confianza, Silvano Barba González.

Por temor a la política obrera de Cárdenas, surgiría una corriente anticardenista dentro del ejército, la institución armada permanecería hasta el final obediente a las órdenes del presidente, y el secretario de Guerra, Manuel Ávila Camacho, sería el sucesor de Cárdenas.

Cando decidió deshacerse de Calles no le quedó otro camino que fortalecer a la presidencia allegándose la fuerza de los sectores populares. La reforma tocó sólo la periferia, sino el corazón mismo de la agricultura comercial.

Después del cardenismo, la agricultura mexicana no volvería a ser la misma, la gran propiedad heredada de la Colonia y afianzada en el siglo XIX, fue trastocada en su médula por virtud de la reforma agraria que se impulsó desde la presidencia de la República.

Cárdenas aceleró el proceso de unificación del movimiento obrero hasta llegar a la creación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). La CTM, organizada a principios de 1936, junto con la CNC, se convirtió en un pilar del cardenismo, aunque la base no llegó a mostrar la incondicionalidad del movimiento campesino, los organismos obreros sostuvieron la candidatura de quien Cárdenas había designado como sucesor, el general Ávila Camacho.

En torno al desarrollo económico del país, Cárdenas llegó a considerar que estaba en la posibilidad de optar entre dos alternativas para ese desarrollo, imitar la estrategia del modelo capitalista seguido por las sociedades industrializadas o intentar un camino diferente que combinara el crecimiento de la producción con el desarrollo de una comunidad más integrada y más equitativa. La utopía propiamente cardenista, consistiría en tratar de ir más allá del keynesianismo o del fascismo, sin desembocar en el modelo soviético.[cita requerida]

El deterioro repentino de la economía en 1938 fue resultado directo de la crisis petrolera. La expropiación petrolera de ese año no sólo afectó a los exportaciones de combustibles sino que, arrastró tras de sí también las ventas de minerales y detuvo las inversiones del sector privado de la economía.

La actividad agropecuaria y la exportación de minerales y petróleo, se vieron sometidos a una dura prueba. El país asistió a un principio de sustitución de importaciones a la vez que al uso intensivo de la capacidad instalada. La política gubernamental favoreció el aumentó de su uso a cerca del 100%. El estado asumió nuevas funciones: “Estado activo”, involucrado directamente en la producción y creación de infraestructura.

Las regiones norte y centro del país, experimentaron los mayores crecimientos de la producción agrícola por habitante y la menor participación del ejido en el total de la superficie cultivada. La zona norte de la costa del Pacífico, tuvo el menor índice de crecimiento productivo. El ejidatario siempre contó con un financiamiento menor que el propietario privado. La baja en el valor de la producción no necesariamente significó un empeoramiento de la situación del campesino. Por el contrario, el consumo de alimentos aumentó en las zonas rurales sin que lo registrara la economía monetaria.[cita requerida]

Los ejidos, contaron con muy pocos insumos, usaron los que tenían a la mano: tierra y trabajo, lo cual ayudó a un empleo más racional de estos medios de producción e hizo descender el desempleo rural. La reforma agraria no produjo un crecimiento inmediato de la economía pero los beneficiados por el proceso vieron de inmediato mejorada su forma de vida. El campesino que recibió la tierra durante el gobierno de Cárdenas, mejoró su posición social y económicamente.

En el momento culminante del cardenismo, los gastos de tipo económico fueron superiores al 40%, destinados fundamentalmente al desarrollo de las comunicaciones, la irrigación y el crédito a la agricultura.[cita requerida]

El “estado activo”, del cardenismo siguió ensanchando la estructura institucional. En 1934, Abelardo Rodríguez había creado la Nacional financiera (NAFINSA), cuya tarea original era administrar los bienes raíces que la crisis económica anterior había dejado al sistema bancario por quiebras de los prestatarios. Empezó a actuar como sería en el futuro: el banco de desarrollo del gobierno. Ante los conflictos con las empresas eléctricas extranjeras, se creó la Comisión Federal de Electricidad, que con el paso del tiempo sería la empresa dominante.

La Gran Depresión golpeó muy duramente al comercio exterior de México al cerrarle mercados a algunas de sus materias primas, pero durante el primer año de gobierno de Cárdenas, por la economía de guerra que se había instalado en el mundo, el intercambio con el exterior se había recuperado bastante y la exportación ascendió a poco más de doscientos millones de dólares.

Cuando Cárdenas asumió la presidencia, la producción de petróleo, aunque baja respecto al pasado, comenzó a crecer nuevamente. El esfuerzo mexicano por colocar su petróleo en los países del Eje y en América Latina permitió que las ventas al exterior subieran. A partir de entonces y por muchos años la producción de PEMEX se destinaría básicamente a cubrir el mercado interno, en el corto plazo, el petróleo dejo de ser un proveedor de las necesarias divisas extranjeras.

México, podía aprovechar la experiencia derivada de la industrialización de los países capitalistas avanzados para no repetir sus errores ni pagar su enorme costo social; buscaba una “industrialización consciente”, construir un México de ejidos y de pequeñas comunidades industriales. El cardenismo visualizaba al México del futuro como un país predominante agrícola, rural y cooperativo. Empezó a sustituir importaciones de bienes de consumo. Aparecieron nuevas industrias y se encumbraron nuevos empresarios.

Cárdenas adoptó una línea bastante clara con relación al movimiento obrero. Tomó el Plan Sexenal, y apoyó la cláusula de exclusión y el rechazo de “sindicatos blancos”. Este proyecto, llevó a Vicente Lombardo Toledano y a la CGOCM a encabezar, un bloque de organizaciones sindicales de respaldo activo a la política del presidente. El Pacto de Soliradidad tenía por objeto neutralizar las presiones del callismo y sentar las bases de un magno congreso obrero y campesino del cual pudiera surgir una central única de todo el movimiento laboral, la nueva organización debería aceptar como premisa la existencia de la lucha de clases y la imposibilidad de la cooperación con la clase capitalista.

Cárdenas quien al principio de su mandato insistió en que no era necesario expulsar a Calles y a sus seguidores, pasado un tiempo, en abril de 1934, cambió de parecer, y el ex Jefe Máximo y Morones, fueron sustraídos sorpresivamente de sus domicilios y exiliados. La reacción negativa de los empresarios a la política obrera cardenista, subrayó la necesidad de poner fin al conflicto entre las agrupaciones obreras y dar paso a un frente unido de los trabajadores.

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